Salvador Alvarado es uno de los personajes más ilustres de la Revolución Mexicana, cuya memoria había sido injustamente relegada. Nacido en Culiacán, Sinaloa, el 15 de septiembre de 1880, muy pequeño se trasladó a Sonora y es en nuestro Estado donde adquiere los rasgos de su vigorosa personalidad, pues vivió y se formó en Guaymas, Pótam y Cananea.

Aunque no tomó parte activa en la célebre huelga, poco tiempo después de ocurrida ésta tuvo que refugiarse en el vecino territorio de Arizona por sus labores conspiratorias en contra de la dictadura porfirista. Al estallar el movimiento armado, fue de los primeros en afiliarse a la causa maderista.

Tuvo destacada participación en las luchas contra Pascual Orozco y Victoriano Huerta. Al triunfo del constitucionalismo fue enviado por don Venustiano Carranza como gobernador y comandante militar a Yucatán, en donde desarrolló una extraordinaria y avanzada labor que subsiste hasta nuestros días.

Alvarado sacudió la península y el país con medidas únicas, verdaderamente sensacionales para la época, como la creación masiva de escuelas y bibliotecas, el Ateneo Peninsular, la Escuela de Bellas Artes, la Ciudad Escolar de Itzimná, el patrocinio del primer congreso feminista en México, las leyes Agraria y Obrera, la creación de la Compañía de Fomento del Sureste de México, S. A., etcétera.

Pero al lado de su habitual energía, resaltaron sus dotes de filósofo y humanista, al escribir varios libros, entre ellos: Carta al pueblo de Yucatán, Mi sueño. La reconstrucción de México. Un mensaje a los pueblos de América, y otros más. Tuvo, no obstante, numerosos problemas con los antiguos hacendados y henequeneros yucatecos, aliados a los más oscuros intereses de la época.

Tomó parte en la llamada rebelión delahuertista. El 9 de junio de 1924 es objeto de una emboscada por un antiguo enemigo, y muerto arteramente en lo más recóndito de la selva tabasqueña, epilogándose así la existencia de uno de los espíritus más lúcidos de nuestra historia contemporánea.

El autor del presente trabajo es un acucioso, diligente y apasionado investigador de la historia de Sonora. No sería aventurado afirmar que el interés que han despertado en los últimos años los estudios sobre el pasado sonorense, se debe en gran parte a la tesonera labor que desarrolla Juan Antonio Ruibal Corella en tan importante campo de nuestra cultura.