Los mártires del Anáhuac fija el centro de su trama en la violencia de la conquista. Se trata de una muy ágil relación del «triunfo de la ciencia y de la táctica sobre el valor y el número», como escribe el propio Eligio Ancona, ubicada en el paisaje del altiplano azteca del siglo XVI.
El autor trenza aquí con la elegancia y el tacto de un estilo muy propio algunos de los episodios centrales de la conquista, tal y como los vio y registró desde el lado español un Bernal Díaz del Castillo, con la cuidada recreación novelística del rico universo indígena. Los mártires del Anáhuac es por tales motivos una obra de especial relevancia en el desarrollo local del género de la novela histórica.