Las exequias de los mayos de Sonora cobran un sentido y significación simbólica durante el tributo de los oficios divinos, se reafirman las jerarquías y el estatus entre los participantes del ceremonial religioso y se exhiben los procesos de confrontación intercultural y el sincretismo en el catolicismo popular.
Una perspectiva etnográfica permite explicar los ceremoniales, ritos y ofrendas de veneración a los difuntos en esta comunidad. Por ello, el autor participa en las procesiones, acude a los panteones y explora las alabanzas, rezos y responsos articulados a la danza de matachines. En ésta, las tradicionales danzas de venado y paskolas surgen interpuestas y vibran en el intersticio de la reflexión sobre la vida y muerte.
Ante esta fenomenología, Las exequias de los mayos en Sonora extrapola los signos en un intento por reconstruir la identidad y la cultura mayo; además, considera por antonomasia la idea de “llegar a caer la fatalidad”, lo que implica “poner y llevar luto” por parte de un familiar durante un período determinado. Así el episodio de la muerte y “nayutear” en la casa se confirma como un acto inesperado: el aviso de la muerte. Éste habrá de ocurrir en un depositario de estas creencias en las que un animal es el pregonero de la muerte entre los mayos.
Mediante esta investigación, Óscar Ayala Partida nos permite acceder a la reconstrucción del mundo simbólico de los discriminados y marginales pueblos mayos de Sonora.