Gabriel Trujillo Muñoz, compilador de Las delicias del norte, dice: “Facundo y Francisco Bernal fueron dos hermanos unidos por algo más que un vínculo de sangre; lo que realmente los unía era una misma obsesión por explicar el mundo, su mundo, a través del verso medido y rimado”.

Las delicias del norte es un hallazgo que seduce al lector ya que descubre la poesía de dos importantes portas sonorenses que habían permanecido en el olvido dentro de la tradición literaria del noroeste de México y Gabriel Trujillo Muñoz, con la paciencia del gambusino, los rescata para situarlos dentro del panorama nacional de las letras.