El protagonista de este libro es un niño desharrapado, que no va a la escuela, roba y utiliza un lenguaje barriobajero.
A través de sus atónitos ojos de chiquillo espabilado, Mark Twain consigue realizar sus mayores ambiciones literarias, pues a partir del color local creó una historia universal, cuyo impacto en el lector es profundo y duradero: todo un clásico de literatura universal.