Las peripecias de Jim Hawkins, del capitán Smollett, de Long John Silver y el resto de los tripulantes de la Hispaniola han significado para varias generaciones no sólo la cristalización de los sueños juveniles de aventuras, sino también la realización literaria del ansia de escapismo que anida en todo ser humano.
Si bien la complejidad psicológica de algunos personajes, especialmente John Silver, muestra la característica preocupación de Robert Louis Stevenson por la ambigüedad moral del ser humano, La isla del tesoro representa en estado puro la novela de aventuras en la cual la busca mítica de un objeto preciado actúa como móvil para la huida hacia escenarios exóticos donde la libertad es posible.