Sonora es un estado rico en diversidad cultural, manifiesta de manera muy especial en la presencia de sus pueblos indígenas originarios. La gente del desierto, del mar, los valles agrícolas, la serranía o las distintas ciudades y fronteras del estado, demuestra el valor de su identidad, así como la fortaleza y capacidad de conocer y aprovechar los recursos naturales que cada región les ofrece.
En sí mismos, representan un universo de significados, de símbolos, rituales, formas de pensar, de ser y de trabajar. Ellos son nuestra razón de orgullo; las raíces de su vida, el trabajo y la conservación de las tradiciones y costumbres, merecen gran atención y reconocimiento a sus necesidades, derechos y valores.
Esta publicación es un sencillo homenaje a nuestros pueblos originarios.